gritar en silencio

La histeria como la actriz principal y el orgullo como su consecuente. No hay motivos para continuar, no hay palabras que no lastimen. La ilusión se funde con la verdad y ya nada queda en pie. El final solo abre las puertas para otro comienzo. No estoy enamorada de la vida paradójicamente cuanto más le encuentro sentido más la odio. Quizás ese sea el motivo de mi verdad. Que hoy me sucunde y me ahoga en un vaso de agua. Queriendo gritar ese odio para erradicarlo de mi alma y vivir en mi soledad que es mi única verdad. Los abrazos son puñaladas a mi corazón. Las suaves vibraciones de alguna tierna frase sólo irritan mis oídos. El sexo se vuelve una excusa para condenarme en el eterno camino al infierno por todas injurias que he cometido. Ya nada tiene sentido. El mundo y las personas y todas esas convenciones como derechos, valores y justicia se usan cada vez más en vano y cada vez carecen más de sentido. Cada vez que despierto odio al mundo y a las personas y a esas maldita costumbres que hacen que los odie cada vez más. Sólo quiero cerrar las ojos y no volver a abrirlos siendo una víctima más esperando a que vengan a abrazarme y romperme el corazón porque en el fondo odio a todos y no merezco tener un corazón.

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