Otoño II

Cautiva en el ocaso se perpetua en un efímero instante.
El ultimo tibio rayo de luz penetra en sus pupilas.
Mientras un temblor azota en sus talones,
un cobarde razonamiento llega a su mente.
Sin embargo, la trajo hasta aquí una irrespetuoso impulso.

Busca, busca, y busca erróneamente
en esos ojos, un letargo suspiro sin rumbo.
El aire de ese suspiro penetra cada célula de su cuerpo
y llega una señal que ignora, pero en su sangre sigue latente.

El deseo de movimiento, de transformación, de cambios
Con la mirada hacia el ocaso y un tinte en sus labios,
fantasea con un sinfin de nuevos horizontes mientras
el sol se esconde y augura una nueva vuelta.

Un nuevo otoño frente a su nariz
dejando atrás un cálido y despreocupado verano.

¿El fin o el inicio?




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